Una agenda de modernización para las energías renovables

Marcado por múltiples desafíos causados por las repercusiones de la pandemia, la invasión rusa a Ucrania o eventos climáticos extremos, como las prolongadas sequías, el sector eléctrico en Chile continúa avanzando hacia más generación renovable. En 2022, la capacidad instalada de generación renovable aumentó de 17 GW a 20 GW, principalmente como resultado de la incorporación de 1,5 GW solares y más de 600 MW eólicos. Por primera vez en 15 años la generación renovable volvió a ser mayoría, con un 56% de toda la electricidad producida en 2022.

[Fuente: El Mercurio]

Generadoras de Chile representa a los principales operadores de energías renovables y demás tecnologías de nuestro país, con una agenda potencial de inversión de más de 23.000 millones de dólares en plantas fotovoltaicas, concentración solar, eólica, almacenamiento e hidrógeno verde. Para poder sostener este impulso, que genera empleo y desarrollo local, es imprescindible contar con las señales adecuadas y urgentes que permitan mitigar la situación de estrés del sistema eléctrico y promover las condiciones habilitantes que permitan sostener el avance de la energía renovable.

Lo anterior incluye mitigar los impactos financieros de las leyes de estabilización; acelerar el almacenamiento para aprovechar la abundancia solar y eólica que hoy está siendo recortada, y poder usar esa energía de noche o cuando no hay viento; una adecuada gestión y planificación de la transmisión para poder llevar la energía desde los lugares donde se produce hasta donde la consumimos; una modernización del Estado que optimice la permisología y evaluación ambiental de nuevos proyectos, sin rebajar los estándares ambientales, y lo más importante: generar confianza y valor compartido en los territorios donde se desarrollan las energías renovables.

Esta transición hace urgente una modernización del mercado eléctrico, perfeccionando el sistema marginalista, piedra angular del diseño de la mayoría de los mercados eléctricos del mundo, y que promueve un desarrollo competitivo de las renovables y almacenamiento, junto con profundizar el mercado de contratos y su adecuada distribución de riesgos.

Como industria, consideramos fundamental un trabajo público-privado para abordar el corto plazo, así como una agenda clara de mediano y largo plazo, mediante un diálogo regulatorio riguroso, que contribuya a impulsar el bienestar presente y futuro de Chile promoviendo una generación y uso confiable y sostenible de energía.