“Statkraft está comprometida con los derechos humanos”

El diálogo permanente con las comunidades es uno de los lineamientos de esta compañía del Estado de Noruega, que en 2015 adquirió la Empresa Eléctrica Pilmaiquén.

[Fuente: El Mercurio]

Statkraft es una compañía que pertenece al Estado de Noruega y tiene más de 120 años de historia. Hoy, el grupo Statkraft es el más grande generador de energía renovable en Europa, produciendo hidroelectricidad, energía eólica, solar, energía a partir del gas y calefacción distrital. 'La compañía se rige por altos estándares de sostenibilidad y responsabilidad en materia de salud y seguridad, ética en los negocios, medio ambiente y derechos humanos', destaca Marco Antonio Vargas, gerente general de Statkraft Chile.

En materia de derechos fundamentales, Statkraft se guía por los Principios Rectores de Naciones Unidas sobre Empresas y Derechos Humanos y las Directrices de la OCDE para Empresas Multinacionales. 'El compromiso de nuestra compañía en esta área se refleja en su código de conducta, que ha sido adoptado por el directorio de la empresa y aplica tanto para empleados como para empresas contratistas. El compromiso con los derechos humanos también se refleja en su política de responsabilidad corporativa y HSE', señala.

Durante años, Statkraft ha trabajado en la integración y la implementación de los derechos humanos en sus lineamientos internos y en sus procesos. Es así como la compañía ha desarrollado un sistema de gestión integrado de derechos humanos que se basa en el compromiso de las más altas autoridades de la compañía y que considera políticas y procedimientos; evaluación de riesgos a través de procesos de debida diligencia en derechos humanos; planes de prevención, mitigación y reparación cuando corresponda; capacitación y comunicación a sus empleados y contratistas, y sistemas de monitoreo permanente que consideran mecanismos de quejas abiertos para quien lo requiera.

PRESENCIA EN CHILE

En 2015, Statkraft adquirió en Chile la Empresa Eléctrica Pilmaiquén, firma que tenía en operación la central hidroeléctrica Rucatayo, en el río Pilmaiquén, y derechos para desarrollar dos proyectos en el mismo río: las centrales Osorno y Los Lagos, ambas con aprobación ambiental, y que pretendía comenzar la construcción de cualquiera de las dos centrales de forma inmediata. Marco Antonio Vargas explica que el programa original de la compañía era avanzar en la central Osorno antes que Los Lagos.

Sin embargo, y a pesar de tener las medidas de mitigación aprobadas bajo la normativa chilena, la compañía decidió en 2016 no continuar con la iniciativa, ya que el reservorio de la central, concebido como estaba originalmente, podría afectar el sitio de significación cultural Ngen Mapu Kintuante, de alto valor para las comunidades mapuche-huilliche. Siguiendo sus lineamientos sobre derechos humanos y pueblos indígenas, Statkraft decidió iniciar un proceso de diálogo con las comunidades y someter el proyecto Osorno a un proceso de rediseño para definir uno que permitiera evitar totalmente cualquier efecto sobre el sitio sagrado. 'Nos comprometimos a que antes de avanzar en su desarrollo, será oportunamente informado y consultado con las comunidades locales, para luego reingresarlo al Sistema de Evaluación de Impacto Ambiental', agrega Vargas.

Statkraft, además, comprometió la restitución del sitio de significación cultural a las comunidades huilliches. Este sitio fue adquirido por la empresa Pilmaiquén y al comprar Statkraft esta compañía, pasó a ser propietario legal del sitio. En ese contexto, en marzo de 2018, la compañía realizó una propuesta formal y por escrito, y desde entonces se ha desarrollado un proceso de diálogo con distintos actores, con la finalidad de encontrar una figura legal que permita restituir el sitio, asegurando su protección en el largo plazo y su uso colectivo en el marco de un proceso participativo inclusivo, transparente y que no está sujeto a ninguna otra condición que las ya mencionadas: uso colectivo y protección en el largo plazo.

CENTRAL LOS LAGOS Y PROCESO DE DIÁLOGO

También en el río Pilmaiquén, Statkraft va a comenzar la construcción de la central hidroeléctrica de pasada Los Lagos, iniciativa que tendrá una potencia instalada de 52 MW. En este caso, el proyecto se encuentra en medio de dos fundos agroindustriales y no afecta tierras indígenas. La geografía de la zona donde estará situada la central permitirá que sus obras permanentes queden encajonadas en el curso del río, aminorando el impacto visual de la central y de su área de inundación. En materia ambiental, se consideran medidas de mitigación, compensación y/o reparación para cada uno de los diferentes efectos de las obras temporales y permanentes, lo que incluye, entre otras, la creación de un corredor biológico con más de 65.000 especies nativas, revegetación y reforestación, gestión de riberas, obras de drenaje y captación de aguas. Para la construcción de Los Lagos se ha desarrollado, además, un plan de supervisión arqueológico durante todo el tiempo que se realicen actividades de excavación para la construcción, lo que considera la presencia permanente de un arqueólogo en terreno, profesional que velará por resguardar el patrimonio cultural. 'En el marco de este proyecto, y en el contexto de un enfoque de derechos, Statkraft ha puesto especial énfasis en el diálogo con las comunidades. A pesar de tener la licencia ambiental para iniciar la construcción en cuanto adquirió el proyecto, la compañía decidió iniciar en 2017 un proceso participativo con las comunidades indígenas y actores relevantes del territorio que han estado disponibles al diálogo, para asegurarse de la correcta comprensión del proyecto y sus impactos', añade Marco Antonio Vargas. Este proceso se reforzó en 2018 con la apertura de la Casa Abierta en Osorno, con presencia permanente de un equipo territorial y disponible para que cualquier persona pueda solicitar información, plantear una preocupación o bien dejar una queja. En este ámbito, también se codiseñará un plan de apoyo al desarrollo local, que considerará proyectos sociales y comunitarios de interés colectivo, con foco en los Objetivos de Desarrollo Sostenible de Naciones Unidas, y donde se incluirán iniciativas en el ámbito del desarrollo productivo, puesta en valor de la cultura huilliche y proyectos comunitarios de energías limpias, entre otros.