Revisa la columna de Claudio Seebach, presidente ejecutivo de Generadoras de Chile, publicada en Diario Financiero.
[Fuente: Diario Financiero]
Vivimos desafiantes tiempos en materia climática y del sistema eléctrico. Por un lado, estamos impulsando una necesaria y profunda transformación energética, donde la electricidad jugará un rol clave para el cumplimiento de las metas de carbono neutralidad y de eficiencia energética. Por otro lado, ya observamos algunos de los efectos del cambio climático, los que se manifiestan a través de la mayor escasez hídrica de nuestra historia, entre otros factores.
En ese contexto, una fuente de generación baja en emisiones y flexible como el gas natural juega un papel clave en la transición energética para enfrentar las variabilidades e incertidumbres de disponibilidad de recursos renovables.
En el último tiempo hemos visto un acalorado debate -muy presente en estas páginas- en torno a la modificación de una Norma Técnica sobre el uso del gas natural licuado (GNL), con posiciones de actores defendiendo determinadas tecnologías o agendas específicas, e incluso cuestionando el sustento legal de la normativa y el proceso. En general, ha faltado cordura y una mirada en beneficio de los usuarios y el sistema eléctrico en su conjunto.
Lo primero a destacar es que esta norma técnica tiene un claro y expreso sustento legal, y su modificación se ha realizado a través de un proceso basado en la normativa vigente para estos efectos, de manera transparente, y con la participación de los sectores involucrados en los efectos de la norma técnica a través del Consejo Consultivo Especial y de una reciente consulta pública. Además, la conducción del proceso de análisis de la norma y la decisión de su modificación ha sido llevada a cabo por el organismo técnico respectivo, la Comisión Nacional de Energía, para luego ser ejecutada por el Coordinador Eléctrico Nacional, organismo totalmente independiente de las empresas.
Lo segundo es que, como Generadoras de Chile -gremio que representa a las empresas que producen energía eléctrica, un grupo amplio, diverso, variados tamaños y en todas las tecnologías, y que están hoy liderando la inversión en construcción y desarrollo en proyectos de energías renovables-, hemos propuesto perfeccionamientos a la norma con una mirada sistémica, enfocados en el beneficio del sistema eléctrico en su conjunto.
Nuestras recomendaciones de mejora apuntan a la necesidad de utilizar la mejor información disponible y modelar de manera apropiada las condiciones de estrés del sistema como la hiper sequía que vivimos, o aumentar la frecuencia de actualización del estudio técnico que determina los volúmenes que puedan declararse como 'inflexibles', junto con un adecuado período de transición regulatoria, como corresponde a toda buena práctica en políticas públicas, de modo que los agentes puedan adecuarse a los nuevos contextos.
Esperamos que prime la cordura y que el debate salga de las trincheras, ya que el desafío climático que nos convoca es enorme, y debemos conciliar adecuadamente la gran oportunidad ambiental, social y económica que nos brinda la transición energética a la carbono neutralidad y energías renovables, junto con poner el foco en abordar las restricciones de transmisión y almacenamiento, incluyendo el del GNL, que desafían el avance de la integración de energías renovables, y al mismo tiempo enfrentar mejor preparados los efectos del cambio climático que ya estamos viviendo, asegurando la provisión segura y eficiente de energía electricidad a los chilenos.
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