El prolongado déficit hídrico

Los pronósticos del calentamiento global indican que si no se toman medidas para limitar las emisiones de gases de efecto invernadero, la temperatura promedio del planeta aumentará entre 3 y 5 grados el año 2100. Chile ocupa el lugar 18 en la lista de los países más expuestos a una crisis hídrica severa.

[Fuente: Editorial, El Sur de Concepción]

Resulta evidente que la emergencia climática es una realidad que está demostrando sus efectos en el mundo y particularmente en Chite. Se ha informado en estos días que en el hemisferio norte, julio fue el mes más caluroso en el último siglo y medio, desde que existen registros.

Y en nuestro país, la Dirección Meteorológica de Chile estima un 72% de déficit de agua caída en la zona central, comprendida entre Coquimbo y Maule, mientras en la zona sur la falta de precipitaciones promedia el 30% y ya se habla a nivel nacional de una mega sequía de diez años, cuyos efectos han sido acumulativos. Los pronósticos respecto del calentamiento global indican que si no se toman medidas más decididas para limitar las emisiones de gases de efecto invernadero, la temperatura promedio del planeta aumentará entre 3 y 5 grados el año 2100.

Estudios indican que Chile ocupa el lugar 18 en la lista de los países más expuestos a una crisis hídrica severa. Desde hace una década, la Región del Biobío y gran parte del país enfrentan una sequía que se traduce en que las napas, vertientes y riachuelos se están agotando paulatinamente. En las comunas rurales especialmente, la falta de agua se traduce en que las familias tienen dificultades para atender sus necesidades diarias, y para el riego de sus cultivos.

De acuerdo con la Asociación de Municipalidades de la Región del Biobío, unas 31 mil personas viven sin agua potable, situación que afecta con más fuerza a las provincias de Biobío y de Arauco. Por comunas, los casos más dramáticos se encuentran en Quilaco, Unía y Alto Biobío,y situaciones similares deben hacer frente en la Región de Nuble. Por ello, el Estado reparte agua en camiones aljibe desde el año 2010 en las comunas donde las napas y pozos son insuficientes para atender ala población rural.

Desde hace años que los municipios de comunas rurales han planteado esta situación a las autoridades de los últimos gobiernos y si bien la distribución del líquido en camiones aljibe se ha afianzado y opera en buena forma, está muy lejos de una solución definitiva, porque la tramitación de las inversiones que se requieren demoran demasiado. El Ministerio de Obras Públicas ha tratado de acelerar los procesos de licitación y las obras para realizar proyectos de agua potable rural y se invierten 6 mil millones de pesos en diecisiete iniciativas que permiten llegar con agua a varias localidades, como solución definitiva y no de emergencia.

Paralelamente, hay una creciente necesidad de agua que tienen la agricultura, la industria y las ciudades. Hace unos días, la Sociedad Agrícola de Biobío (Socabio) dio a conocer la preocupación de ese sector por el déficit hídrico que enfrentan desde hace años. Las autoridades han señalado que se está trabajando para mitigar los efectos, por ejemplo, con el apoyo de la Comisión Nacional de Riego a los productores, mediante fondos concursables, para la tecnificación del regadío, permitiendo de esta forma una mayor eficiencia al momento de usar el agua.

La sequía se presenta por el persistente déficit de lluvia, por lo que hay menos alimentación para ríos, lagunas y canales. Pero también ha habido un cambio en el régimen de lluvias, porque cuando caen precipitaciones fuertes, se concentran en muy poco tiempo, lo que hace que el agua escurra superficialmente y no se infiltre para recargar los acuíferos.

Eso parece explicar los problemas que hay en la captación de aguas subterráneas, que se hace notar con más fuerza cada verano. Hay que considerar también que los procesos de urbanización han modificado los patrones de drenaje de los terrenos, lo que reduce la infiltración, el agua no se absorbe y -por el contrario-hay más posibilidades de desbordes de los ríos en invierno.

Las Cumbre COP25 (Conferencia de las Partes), de la cual seremos sede en diciembre, es la oportunidad para dar señales concretas y tomar medidas para reducir emisiones generadoras de la emergencia climática que aqueja al mundo y particularmente a nuestro país.