[Editorial] El 30 de septiembre recién pasado, las centrales a carbón Bocamina II de Enel en Coronel y la Unidad 15 de Tocopilla de Engie se desconectaron del Sistema Eléctrico Nacional, en lo que es un hito más para el proceso de retiro de todas las centrales a carbón a más tardar el 2040. El proceso de cierre o reconversión de centrales a carbón es la mayor acción climática comprometida a la fecha en Chile, y cuyos plazos las propias empresas han buscado anticipar, al punto que ya a fines de 2022 se habrá cerrado un 25% de los 5,5 GW originales, dos años antes de la meta original comprometida.
Chile se ha fijado como objetivo alcanzar la carbono neutralidad a más tardar el año 2050, hecho que ha sido ratificado con la aprobación de la Ley Marco de Cambio Climático el día 13 de junio de 2022 que fija esa meta en su Artículo Primero. El cumplimiento de este compromiso va a requerir una transición energética efectiva que involucre la profunda transformación del sector eléctrico, transporte, edificación y de otros procesos industriales. Es en este sentido, la integración masiva de generación eléctrica a partir de fuentes renovables se presenta como un eje, que no sólo permitirá la reducción de emisiones en el sector eléctrico, sino también de otros sectores a través de la electrificación de la demanda de energía.
La implementación de un plan de retiro del carbón, no solo debe considerar la fecha de retiro de las centrales, sino también garantizar un sistema adaptado al escenario actual de crisis climática. Para que esto ocurra, se deben concretar las condiciones que habilitan el desarrollo de un sistema eléctrico bajo en emisiones de efecto invernadero, y que mantenga el estándar de seguridad de la red eléctrica, incluyendo condiciones técnicas, socio ambientales y territoriales, de gestión de los permisos del Estado, entre otros factores.
Para lograr aquello, consideramos que es imprescindible el cumplimiento de las siguientes condiciones habilitantes:
- Fortalecimiento y mejor gestión de la red de transmisión de energía para realizar un uso efectivo de los recursos disponibles por parte del Coordinador, Eléctrico Nacional y a la vez de mantener los estándares de seguridad y estabilidad del sistema. Para realizar aquello, es imprescindible contar con un sistema normativo que habilite el desarrollo de infraestructura de transmisión robusta y oportuna que incorpore las nuevas condiciones asociadas al cambio climático.
- Desarrollo de un diseño de mercado, marco regulatorio e institucionalidad compatible con los nuevos requerimientos que impone la gestión de un sistema eléctrico con altos niveles de generación renovable variable. Esto implica no sólo revisar los atributos que son remunerados bajo el actual marco normativo, incluyendo la flexibilidad y la suficiencia, sino también dotar de una mayor y mejor capacidad de gestión de procesos a organismos como el Coordinador.
- Desarrollo oportuno de generación flexible. La concreción de la inversión en estas tecnologías implica mitigar la incertidumbre actual avanzando en las señales de mercado y regulatorias necesarias para remunerar de manera adecuada y clara los diferentes servicios que pueden prestar. Para que esto ocurra, es necesario perfeccionar leyes, reglamentos y normas técnicas para clarificar los mecanismos específicos de remuneración en los mercados de energía, servicios complementarios y potencia.
- Respaldo técnico en la definición de las unidades a retirar del sistema y el momento de su retiro, verificando que los recursos de reemplazo de generación térmica se encuentren en servicio al momento del retiro. De esta manera, se podrá garantizar el cumplimiento de los criterios de seguridad y suficiencia del sistema eléctrico. Una vez verificadas las condiciones del sistema, la decisión debe ser comunicada en un plazo oportuno para así efectuar un retiro responsable y planificado de la central solicitada.
- Es necesaria una revisión de los plazos y coherencia en la obtención de permisos, acordes a la urgencia del desarrollo de proyectos de generación renovable. Proveer claridad en los criterios de evaluación aplicados por los servicios para la obtención de las autorizaciones, y asegurar que su aplicación sea la misma, independiente de la región del país en donde éstas se soliciten. Dotar de recursos, tanto en términos de personal como de conocimientos técnicos, a aquellas regiones con mayor ingreso de proyectos de generación.
- Es importante que una vez establecidos la temporalidad de los cierres y/o reconversiones de las centrales termoeléctricas, junto al trabajo que las empresas realizarán, el Estado asuma un rol en la reconversión económica y laboral que estos territorios requerirán. Para ello, debe trabajarse anticipadamente en conjunto con los territorios para desplegar las políticas y programas públicos necesarios para lograr la reconversión, tal como ocurre en otros países donde se han producido cierres de industrias.
- Por último, la llegada de los proyectos de generación a los territorios deben ser precedidos de un diálogo temprano con las comunidades y otros actores claves del territorio, además de abordar los posibles impactos socioambientales bajo la lógica de que las compensaciones que surgen en el marco de la tramitación del proyecto, vayan en la línea de generar valor compartido en esos territorios.
Un plan de retiro del carbón responsable debe contar con un respaldo técnico que garantice la factibilidad operacional, social, ambiental y económica de su implementación. Para que esto ocurra, se debe trabajar en las condiciones antes mencionadas, con énfasis en la promoción de un trabajo público-privado conjunto, diálogo y visión de futuro, que permita avanzar en este proceso.
