María Emilia Correa: La eléctrica de los Matte se impregna del código B

Cofundadora de Sistema B en Chile, fue elegida una de las intelectuales más influyentes de Latinoamérica.

[Fuente: Sergio Sáez, La Segunda]

Desde el 25 de abril de este año, la colombiana María Emilia Correa (61) forma parte del directorio de Colbún en calidad de independiente propuesta por las AFP. Para los expertos en sustentabilidad, la abogada de la Universidad de Los Andes de su país será un aporte en el cambio de estrategia de la empresa controlada por la familia Matte que busca dirigir su portafolio hacia energías renovables y profundizar su trabajo con las comunidades.

Correa es una influencer latinoamericana en las llamadas Empresas B, es decir compañías que incorporan en su visión de negocios los impactos sociales, ambientales y financieros. Fue elegida una de las intelectuales más influyentes de 2017 por el medio español Esglobal, en un listado que compartía con la economista y ex vicepresidenta de Costa Rica Rebeca Grynspan, la escritora brasileña Nélida Piñón y la filósofa española Amelia Valcárcel.

Durante 25 años, Correa ocupó cargos gerenciales vinculados a relaciones con las comunidades en multinacionales. Comenzó en Masisa, donde trabajó hasta 2008 y luego un año en Natura. Pero fue en la última década, donde se transformó en una referente de la sustentabilidad en las empresas no solo ambiental sino también social, denunciando por ejemplo las brechas de género.

'Hay muchas más mujeres que han logrado obtener un empleo y de seguro eso se ve como un avance, pero no. Debemos tener claro que las mujeres tenemos un pequeño tema de doble jornada, ganamos 40% menos en promedio que los hombres, las pensiones de jubilación están llenas de huecos y de lagunas porque nos toca cuidar a los niños, adolescentes y hasta parientes enfermos', dijo Correa en el Seminario Día B de Montevideo el año pasado.

Además de Colbún, Correa es directora de la Fundación Bancolombia, Crepes & Waffles, Corpora, de la empresa de alimentos Fork y de hoteles Explora.

'Los últimos 10 años me he dedicado a ser emprendedora con propósito, somos personas que creamos o apoyamos empresas que trabajan para la solución de los problemas del mundo y además para el desarrollo económico', dijo la nueva directora de Colbún a La Segunda.

Huella en Chile

En 2011 se unió a Gonzalo Muñoz en TriCiclo, compañía de reciclaje y economía circular que busca concientizar sobre el uso de los residuos. Llegó como socia luego de que Joaquín Arnolds, el otro fundador de la empresa falleciera ese mismo año en el accidente aéreo del archipiélago Juan Fernández.

También en 2011, Correa cofundó Sistema B, una agrupación empresarial que busca construir ecosistemas favorables para que el mercado resuelva problemas sociales y ambientales. Junto a sus socios, Gonzalo Muñoz, Juan Pablo Larenas y Pedro Tarak certifican a distintas empresas a nivel latinoamericano.

Según Larenas, tras la creación de su empresa Late, decidió enfocarse en resolver problemas ambientales y sociales. Y en Correa encontró a una socia.

'Yo llegué de estudiar en Londres y les dije: No me pueden dejar fuera de esto, y nos unimos. Ella ha trabajado en grandes empresas y en todas ha dejado su sello. Estoy seguro de que en Colbún también lo hará y pondrá sobre la mesa del directorio estos temas', dice.

Según Josefa Monge, presidenta de Sistema B, Correa es una motivadora y Colbún 'ganará mucho' con tenerla en la mesa presidida por Hernán Rodríguez Wilson. 'Ella te conecta, te entusiasma y te dice que eres capaz. Esa nueva forma de hacer empresa le debe mucho a los fundadores y a María Emilia', sostiene.

De los crepes a la energía

En 2015 llegó al directorio de Crepes & Waffles. En la cadena colombiana de restaurantes ayudó a sus fundadores Beatriz Fernández y Eduardo Macías a transformarse en una Empresa B.

Según sus dueños, la idea de la empresa es utilizar el poder de mercado para dar soluciones concretas a problemas sociales y ambientales. Por ejemplo, en la cadena de restaurantes con 185 puntos de venta, de los cuales tres están en Chile, se privilegia la contratación de mujeres jefas de hogar. También se enfoca en la recuperación de familias y ecosistemas afectados por la guerrilla en Colombia.

Sobre su nuevo desafío, Correa reconoce que llegar a Colbún es 'un sueño y un desafío importante', dado que el mercado ha tenido un cambio muy acelerado con la irrupción de energías renovables y en el trabajo con las comunidades. Por ejemplo, apunta a la central Angostura en el Alto Bíobío, una zona pehuenche que tuvo conflictos por otras centrales eléctricas como Ralco.

Sobre el trabajo con las comunidades, que muchas veces pueden oponerse a los proyectos, Correa apunta a que en estos casos lo más importante es conversar y no tratar de convencer. 'Nos da miedo la diferencia, por eso no conversamos y no escuchamos al otro. Un gran error está en tratar de convencer y la idea es tratar de encontrar espacios en común para lograr resultados que no podríamos lograr solos. También respetar sus cosmovisiones y creencias', sostiene.